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sábado, 16 de octubre de 2010

Pensar en voz alta.

 Me oyes...? Que te quiero.

¿Nunca habeís pensado en voz alta?. Todo ocurrió un martes, a las 7 en punto de la tarde. Estabamos sentados. Nuestro tono empeoraba. Me agarró la muñeca, me vapuleó. Sentí la necesidad de pegarle pero al mismo tiempo quería besarle. En ese instante se puso en pie, me miró y con desdén me giró la cara. Puso su espalda en mi frente y comenzó a andar. No se cuantas cosas pasaron por mi cabeza en ese momento, quizá todo el tiempo que yo llevaba esperándolo para que fuese mío. Que esa era mi oportunidad, que no habría otra y habíamos terminado enfadados. Así, que grite para mis adentros "Te quiero", lo repetí varias veces hasta que grité para él. 
Se dio la vuelta, yo me ruboricé, él palideció pero aún asi comenzó a acercarse. Sus ojos parecía flechas y los míos, no se como describir aquellos ojos que no podían permitirse el lujo de llorar. A pesar de la incomodidad de la situación le sostuve la mirada, supuse que él no encontraba las palabras adecuadas y al pensar eso sentí como un leve calor subía hasta mis mejillas. Quería salir corriendo pero estaba inmóvil. Se acercó tanto que lo tenía a un palmo, notaba su aliento, su calor, tan cerca como un lunar. Me abrazó. Me besó el cuello, acarició mi mejilla y finalmente al tocar mi pelo dijo: - No sabes como quería oír eso.




Sí verdaderamente ocurriese eso no tendría ningún problema en pensar en voz alta,lástima saber que esas cosas tan bonitas nunca me pasan a mí.

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